Hay noticias de un monasterio perteneciente a los templarios ya en el S. XII pero fue en el año 1517 cuando fue fundado por los pascualinos un monasterio en la isla de San Simón. A finales de esa centuria es ocupada por los franciscanos hasta 1589, que tras un ataque, quizás por el almirante inglés Francis Drake, queda dañado y es abandonado.
En 1596 se establecen en la isla los benedictinos que
huyen del convento de San Juan de Poio por la propagación de la epidemia de la peste
bubónica , que la ocupan hasta 1601 en que vuelven los pascualinos que la vuelven a abandonar en 1719. En esa etapa se hacen nuevos añadidos y son
testigos de la la batalla de Rande. En 1719 es abandonada de nuevo y tras 27
años, en el año 1746 es trasladada a Cesantes, se ubica en el lugar de Vila
Real, perteneciente al ducado de Sotomayor y reafundada como San Antonio de
Agrelo, con capilla, granja, cementerio, huerta y una importante captación de agua con
una galería de unos 200 mts. A finales de esa centuria la ocupaban más de 30
frailes.
Ente el 12 y 14 de Abril de 1809 sirve de refugio al
ejército francés en su huida hacia el interior de la provincia.
Continúa ocupado por los franciscanos hasta su exclaustrfación en 1836, motivado a la desamortización
de Mendizábal.
Ya como propiedad no monacal, la finca se dedica a plantación
de tabaco y posteriormente a frutales, sobretodo perales.
A principios de los años 60 la adquiere José Fernández,
propietario de Pescanova, que la dedica a granja porcina y junto al ingeniero agrónomo
Carlos del Río se establece una de las primeras plantaciones de kiwis de la península
ibérica. El siguiente propietario sería
Eulogio Gómez Franqueira, de Coren y a principios de los 80 compra la finca
Antonio Escuredo, que seguiría manteniendo la plantación y la granja porcina.
Actualmente la finca junto con la nave del convento
y granja es del club hípico La Muralla.
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